Twitter Facebook Youtube

Introducción

Una de las principales colecciones de arte contemporáneo “Daros Latinoamérica” es propiedad del señor Stephan Ernst Schmidheiny, antiguo propietario de la multinacional Eternit y condenado en Italia mediante sentencia confirmada en segunda instancia, a 20 años de prisión por una corte de apelaciones por omisión dolosa de medidas de seguridad laborales y desastre ambiental permanente en segundo grado, en sus plantas de Eternit en Cavagnolo y Casale Monferrato, donde miles de trabajadores murieron a causa del asbesto, un mineral que en sus diferentes usos industriales y domésticos es carcinogénico, provoca asbestosis, mesotelioma y cáncer de pulmón.

Aquí la crítica de arte es un ejercicio que apunta a señalar patologías a partir de formas artísticas que alcanzan prestigio con el empuje dinámico del mercado, escondiendo fallas, cicatrizaciones, anormalidades, alteraciones que se convierten en la conducta que reglamenta al discurso artístico, en la medida que ya no opera ese aspecto político del arte sino su aspecto mercantil, controlado por el coleccionismo. Se ha vuelto común oír que el crítico ya no es el gran mediador entre el público y la obra, sino el mercado, que accede mediante la fuerza del capital a controlar el discurso.

Dentro de los temas de la agenda internacional se aborda con frecuencia los riesgos que el actual modelo de desarrollo, dentro de la economía capitalista, representa para el futuro de la humanidad.

El asbesto, como un agente contaminante a nivel biológico y ambiental, sirve de ejemplo para plantear este tipo de aporías de la contemporaneidad. La promesa de la modernidad y el desarrollo pueden contener al interior de su lógica, la idea de la auto destrucción, una verdadera patología que amenaza las líneas de proyección dentro del tiempo presente a la sociedad humana.

El proyecto ASBESTO: Arte, Ciencia y Políticas plantea desde el arte y las prácticas artísticas, una experiencia multidisciplinaria de doble vía entre ciencia y pensamiento sensible, para acercarse a la comprensión de las complejidades que se desprenden del uso industrial del asbesto y sus amplias implicaciones en diferentes órdenes sociales.

Una de las principales colecciones de arte contemporáneo “Daros Latinoamérica” es propiedad del señor Stephan Ernst Schmidheiny, antiguo propietario de la multinacional Eternit y condenado en Italia mediante sentencia confirmada en segunda instancia, a 20 años de prisión por una corte de apelaciones por omisión dolosa de medidas de seguridad laborales y desastre ambiental permanente en segundo grado, en sus plantas de Eternit en Cavagnolo y Casale Monferrato, donde miles de trabajadores murieron a causa del asbesto, un mineral que en sus diferentes usos industriales y domésticos es carcinogénico, provoca asbestosis, mesotelioma y cáncer de pulmón.

Aquí la crítica de arte es un ejercicio que apunta a señalar patologías a partir de formas artísticas que alcanzan prestigio con el empuje dinámico del mercado, escondiendo fallas, cicatrizaciones, anormalidades, alteraciones que se convierten en la conducta que reglamenta al discurso artístico, en la medida que ya no opera ese aspecto político del arte sino su aspecto mercantil, controlado por el coleccionismo. Se ha vuelto común oír que el crítico ya no es el gran mediador entre el público y la obra, sino el mercado, que accede mediante la fuerza del capital a controlar el discurso.

Dentro de los temas de la agenda internacional se aborda con frecuencia los riesgos que el actual modelo de desarrollo, dentro de la economía capitalista, representa para el futuro de la humanidad.

El asbesto, como un agente contaminante a nivel biológico y ambiental, sirve de ejemplo para plantear este tipo de aporías de la contemporaneidad. La promesa de la modernidad y el desarrollo pueden contener al interior de su lógica, la idea de la auto destrucción, una verdadera patología que amenaza las líneas de proyección dentro del tiempo presente a la sociedad humana.